8) VÍDEOS

Los procesos históricos

La historia no puede entenderse a partir de un único proceso. Se ha de entender, más bien, como la concatenación o interacción de múltiples procesos. En ella intervienen gran cantidad de factores, y cada uno de ellos puede compararse con una piedra que se desprende pendiente abajo por las faldas de la montaña, que va chocando con las demás y que por esta causa se desvía de su camino natural. Así, en su conjunto, todo el mecanismo de la historicidad puede compararse a una avalancha que después se depositará sobre el terreno, formando el momento actual. Uno de estos factores es el de los valores. Los valores, a través de los sistemas de creencias, se materializan en instituciones, modelos de sociedad y criterios de justicia. Sin embargo, como en la historia operan numerosos sistemas de valores, estos procesos de materialización se pueden obstaculizar o, de forma contraria a ello, reforzarse mutuamente. Hay que comprender, además, que en la historia también interviene el azar, la naturaleza y todo aquello que nos ha legado la historia y la propia civilización, que también se comporta como una especie de naturaleza que, una vez solidificada, es difícil de modificar y nos impone sus propias condiciones. Así, que todo ello, más que un sistema organizado, parece más un sistema caótico y de resultados imprevisibles.

Systemprogramm: Mito e Historia

Los críticos del nacionalismo consideran que rebuscar en el pasado para diseñar una identidad nacional presente es ilegítimo. También consideran que los románticos y los idealistas formularon criterios que al final desembocarían en teorías biologicistas de la cultura. Esta crítica ha de ser considerada como un medio para corregir los errores de esos pensadores. Sin embargo, si se lleva a ciertos extremos, se convierte en una simplificación casi absurda de estas corrientes ideológicas postkantianas. De hecho, puede darse otra interpretación crítica del Romanticismo y del Idealismo más acorde y fidedigna del pensamiento romántico. Incluso existe una rama de la ciencia, la etnoecología, que considera que uno de los grandes problemas de las sociedades modernas es el de la desconexión con nuestras raíces tanto históricas como naturales, y considera que tiene una deuda impagable con el Romanticismo.

El espíritu del pueblo

Los críticos del nacionalismo suelen ridiculizar a los románticos y a su ideología. Uno de los elementos más atacados es el del “espíritu del pueblo”. De hecho, consideran que se trata de una hipóstasis fraudulenta que se concreta en una substancia metafísica vaga e imprecisa. Sin embargo, el término “espíritu del pueblo” es un elemento simbólico que quiere dar a entender una forma de comprender el mundo y la vida. En coherencia con ello, deberíamos identificar este término denostado con los sistemas de valores de las culturas. Así, el espíritu de un pueblo no sería otra cosa que sus valores. De hecho, es imposible que exista una persona o una comunidad o sociedad humana sin valores. Para fundamentar todo esto, me sirvo de una rama científica de las ciencias sociales: la psicología social de los valores. Así, algunos teóricos de esa rama del conocimiento, considera que, al menos, cada civilización, más allá de unos valores comunes, también tiene unos valores privativos y específicos.

Presentación del libro Nación, nacionalismo y relato histórico. Vídeo 3: Cultura y nación

Podemos hablar de dos sentidos del término cultura. En primer lugar, de la cultura en sentido genérico, que se refiere a todo aquello que aprendemos o asimilamos a través de la socialización, de la educación o de las tradiciones. En segundo lugar, de la cultura en un sentido específico. Se trataría, en este caso, de diferenciar entre la cultura H, la cultura Z, la cultura M, etc. Así, no es lo mismo la cultura española del siglo XVII que el Egipto de los faraones. En este sentido, una cultura sería un sistema complejo dotado de sentido compuesto por unos valores, unos sistemas de creencias, unas costumbres, o unas tradiciones. Después podríamos hablar de los niveles de culturalidad. Por ejemplo, una civilización es un sistema de cultura, pero se despliega en una serie de poblaciones, de Imperios o Estados en forma de variantes del sistema de cultura general. Es en este punto donde tenemos que buscar las identidades nacionales.

Presentación del libro Nación, nacionalismo y relato histórico. Vídeo 2: El Estado

Segundo vídeo de presentación del libro Nación, nacionalismo y relato histórico. En este caso nos centraremos en presentar el concepto de Estado. Esto se trata de un paso necesario que debemos ejecutar para introducirnos en las temáticas explicadas en el texto, que está disponible en Amazon:

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