El liberalismo 3. La ubicación del liberalismo

Hoy continuaré estudiando el liberalismo. En cierta media se trata de ampliar lo que se ha dicho en las entradas anteriores sobre el tema y en esta web nos centraremos en desarrollar un poco más la comprensión de este espinoso tema. Se me ha preguntado por qué tengo ahora tanto interés por el liberalismo. Por una razón. Se trata de mis investigaciones acerca de los problemas filosóficos que envuelven a la nación. Ello me obliga a debatir con el liberalismo, y si quiero hacerlo de forma correcta, he de llegar pensar como un liberal y ser capaz de defender al liberalismo tan eficazmente como lo haría un liberal. Eso, por un lado, me ayuda a descubrir todo aquello en lo que puedan tener razón o sostener criterios razonables. Por otro lado, si tengo motivos para la crítica, podré desplegarla con fundamento y con un conocimiento eficiente de lo que realmente es el liberalismo, no lo que dicen los antiliberales dogmáticos sobre lo que es.

Pero, para efectuar este trabajo, debemos dibujar un mapa de la realidad de los sistemas políticos para saber, exactamente, dónde está ubicado el liberalismo. En este artículo empezaremos dibujando este mapa centrándonos, básicamente, en la función que cada sistema cree que debe desempeñar el estado en relación con la economía, las libertades económicas y el intervencionismo, omitiendo momentáneamente, otros tipos de temas relacionados con los valores sociales y morales, es decir, si el sistema permite el matrimonio homosexual, si permite la eutanasia o el aborto, la pornografía, la libertad religiosa, etc.

Después podremos combinar todos estos elementos con los con los factores económicos. Entonces veremos que no es tan fácil dibujar una línea de derecha izquierda e ir situando a cada ideología en un punto del espectro ya que, por ejemplo el anarcocapitalismo (que según el criterio comunista debería ser una especie de extrema derecha), sería más radicalmente permisivo en cuestiones sociales que la misma izquierda, que se ha destacado históricamente, por perseguir a los homosexuales, y aunque ahora ésto haya cambiado, la feministas de izquierdas todavía se niegan a otorgarles los mismo derechos que a las mujeres.

Por este motivo y para avanzar en un primer esquema, nos centraremos en las cuestión del papel del estado en la economía, yendo desde un intervencionismo nulo hasta el intervencionismo absoluto, que sería el comunismo. Aún así, hay que explicar que el comunismo no abominaba la propiedad privada como tal, sino que rechazaba la propiedad privada de los medios de producción. Así, una persona podía ser propietario de una casa y un coche, pero no de un tren, un autobús, un hotel o una fábrica. Todo ello debería pertenecer al estado (según ellos la colectividad), y el estado debería encargarse de la producción de los bienes. Lo que explico, se ira documentando con el texto de un especialista, cosa que nos ayudará a ver si la interpretación que hago es correcta o no.

1) Así, empezaríamos con el anarcocapitalismo, que rechaza la existencia misma del estado, aunque admite el asociacionismo y la cooperación libre. De esta manera, como no hay estado, el estado no puede intervenir en la economía, ni regularla. En general, como el liberalismo considera que la iniciativa privada libre y el capitalismo sin regulaciones son más competentes para crear riqueza, también considera que puede hacer frente a la pobreza de una forma mucho más rápida y eficaz que las socialdemocracias, que califican de “fábricas de pobres”. ¿Por qué? Porque el capitalismo libre se adapta rápidamente a los cambios, ya que cuando aparece una necesidad, aparece también y casi inmediatamente alguien que para enriquecerse quiere cubrir esta necesidad. Al principio los precios pueden ser elevados, pero si se trata de un negocio lucrativo, aparecerá más gente que quiera vender el producto. Así hasta que llegue el punto crucial en el cual se alcance un precio y una cantidad de mercancía que satisfaga las necesidades del mercado. Por este motivo, nunca verás colas en las economías libres. En cambio, en las economías planificadas habrá colas o un único o unos pocos modelos de un sólo producto, que además, por la rigidez del estado a adaptarse, llegará a cubrir estas necesidades ya demasiado tarde. Para justificar esta idea, lo liberales muestran que gracias a la globalización y a la apertura der los mercados internacionales se ha conseguido que los niveles de pobreza se hayan reducido al 10% en el mundo, mientras que hace 30 años eran del 35%. Alegan que si se deja operar al mercado, la pobreza quedará empequeñecida a cotas insignificantes. Aquí pongo un grafico de la evolución de la pobreza en el mundo desde 1990. Fuente Banco Mundial. Después veremos un texto sobre el anarcocapitalismo.

 

Texto: El anarcocapitalismo es el único sistema que reconoce plenamente la libre naturaleza creativa del ser humano y su capacidad continua para asumir comportamientos pautados cada vez más morales en un entorno en el que, por definición, nadie puede arrogarse el derecho de ejercer con carácter monopolista ninguna coacción sistemática. En suma, en el anarcocapitalismo todos los proyectos empresariales pueden probarse si obtienen con carácter voluntario el apoyo suficiente, por lo que son múltiples las posibilidades creativas de solución que pueden idearse en un entorno dinámico y siempre cambiante de cooperación voluntaria. La progresiva desaparición de los estados y su paulatina sustitución por un entramado dinámico de agencias privadas, por un lado patrocinadoras de diferentes sistemas jurídicos y, por otro, prestadoras de todo tipo de servicios de seguridad, prevención y defensa constituye el contenido más importante de la agenda política y científica así como el cambio social más trascendental que habrá de verificarse en el siglo XXI.

LIBERALISMO versus ANARCOCAPITALISMO. Jesús Huerta de Soto

2) Después nos encontraríamos con el minarquismo. El minarquismo establece que debe haber un estado que se ocupe de la justicia, principalmente haciendo de árbitro y obligando a las personas a que cumplan los contratos que han pactado libremente. Se ocuparía igualmente de la defensa y del orden público. También admitiría una cierta intervención en caso de extrema gravedad y necesidad. En teoría, uno forma parte de este estado de forma libre, pero como a la hora de la verdad el estado tiene un control sobre un territorio y no se puede evitar que haya todo un conjunto de personas que no contribuya al sostenimiento del de los bienes comunes y que se aprovechen de las infraestructuras creadas por los que cooperan y contribuyen, puede obligarlos a pagar los servicios que utilicen.

Texto: Nótese que el desacuerdo entre minarquistas y anarcocapitalistas no es un desacuerdo sobre los principios filosóficos de fondo —cuáles son los valores que estructuran su filosofía política—, sino un desacuerdo sobre la viabilidad socioeconómica de una comunidad política de adhesión voluntaria: si las comunidades políticas voluntarias fueran incuestionablemente viables, los minarquistas abrazarían la postura anarcocapitalista (dado que no habría ningún principio liberal que justificara la adhesión involuntaria a una comunidad política); si, por el contrario, las comunidades políticas voluntarias fueran incuestionablemente inviables, los anarcocapitalistas deberían abrazar la postura minarquista (dado que sería imposible materializar los principios liberales dentro de una sociedad sin el monopolio territorial del Estado). Dicho de otro modo, el desacuerdo entre minarquistas y anarcocapitalistas no es un desacuerdo filosófico de fondo —ninguno de ellos defiende un derecho natural del Estado a gobernar al resto de los ciudadanos— sino un desacuerdo científico —¿son viables las comunidades políticas voluntarias?—. Ambas corrientes forman parte del pensamiento liberal porque ambas corrientes promueven un marco de derechos individuales igualitarios entre todos los seres humanos y reconocen que el propio Estado ha de estar radicalmente limitado por la existencia de esos derechos.

Rallo, Juan Ramón. Liberalismo. Capítulo 9, Gobierno limitado. (Spanish Edition). Grupo Planeta.

3) En un tercer estadio encontraríamos al neoliberalismo (en la versión ordoliberal), que se trataría de una rectificación del liberalismo. Contemplando los problemas asociados a un libre mercado sin regularización, que en teoría no puede impedir que se creen monopolios y oligopolios, que haya determinados tipos de abusos financieros y en los mercados relacionados con el poder que puedan tener determinadas entidades y empresas, cree que deben haber más regulaciones, defendiendo el imperio de la ley. También defiende la estabilidad social. Por ello, cuando lo considera necesario, puede intervenir, aunque la función del estado, una vez que se haya contundido la legalidad, será la de dejar que todo fluya de forma natural y libre. Así, que se destacará por un intervencionismo legal y no pretenderá controlar la economía directamente.

Texto: Algunas de las posturas que hoy parecen resistir o ser alternativas al neoliberalismo, como las que abogan por la intervención estatal en ciertos ámbitos estabilizadores de la economía (monopolios, fondos de estabilización, rescates y ahorro estructural) o mitigadores de los efectos adversos inmediatos sobre la población (especialmente seguro de desempleo, pero también otro tipo de prestaciones sociales mitigantes o reguladoras) en realidad expresan una versión neoliberal más moderada que ya estaba presente en las posturas de 1938 y que tenderá a solidificarse con el tiempo en la vertiente alemana u ordoliberal. (…) Se puede observar que las ideas sociales del ordoliberalismo presentes en las discursos del coloquio Lippmann son las que después han configurado la llamada economía social de mercado, y que hasta cierto punto hoy se confunden con la idea de “social democracia” en el acervo común y la opinión pública, al punto que no es poco frecuente que cuando se habla de social democracia se refiera a los postulados esenciales de la economía social de mercado que ya en 1938 se expresaba como germen en las posturas de un grupo importante de pensadores neoliberales.

Debates Neoliberales en 1938. El Coloquio LippmannNeoliberal Debates in 1938. O Colóquio Lippman. Adán Salinas Araya. HERMENÉUTICA INTERCULTURAL. REVISTA DE FILOSOFÍA Nº 26, 2016 .ISSN: 0719-6504 pp. 57-91

4) En un cuarto estadio encontraríamos un liberalismo que para muchos liberales es directamente socialdemócrata aunque, para él, el individuo sigue siendo el soberano último, y no la comunidad ni la sociedad. Estamos hablado de liberales como John Rawls. Rawls no es directamente intervencionista, pero parte de un criterio de justicia algo distinto al del resto de liberales. Cree que la sociedad ha de ser libre para crear riqueza, pero si la riqueza que se crea solamente beneficia al que la ha creado, no lo está haciendo de forma justa, por lo que el estado podrá intervenir mediante una reparación al resto de la sociedad o a las personas afectadas. Mucho peor será si el proceso de creación de riqueza empobrece al resto a a alguna parte de la población. Así, según Rawls, sólo es justo crear riqueza si en este proceso de creación se benefician todas las personas. De esta manera, podemos entender que cualquier persona puede hacerse multimillonaria si en este proceso también se consigue que el resto personas mejoren su vida, aunque sólo sea en una pequeña parte.

Texto: Esto significa que, además de ofrecer iguales oportunidades de enseñanza y cultura, a personas similarmente capacitadas, bien subvencionando escuelas privadas o estableciendo un sistema de escuelas públicas, también refuerza y subraya la igualdad de oportunidades en las actividades económicas y en la libre elección de ocupación. Esto se logra programando la conducta de empresas y las asociaciones privadas y previniendo el establecimiento de restricciones monopolísticas y barreras a las posiciones más deseadas. Finalmente, el gobierno garantiza un mínimo social, bien por asignaciones familiares y subsidios especiales, por enfermedad y desempleo, o, más sistemáticamente, por medios tales como un impuesto negativo sobre la renta.

Las instituciones básicas para obtener una justicia redistributiva.John Rawls, Teoría de la Justicia. Madrid. Fondo de Cultura Económica.1995

5) En un quinto estadio, encontraríamos directamente a la socialdemocracia. Para la socialdemocracia ya no está tan claro que el sujeto soberano último sea el individuo. No es que niegue la libertad individual, sino que consideraría que la acción individual debe ubicarse en un contexto social y que todo individuo debe contribuir en la medida de sus posibilidades al sostenimiento de la comunidad y el estado. Así, el estado cobra impuestos y los redistribuye mediante subvenciones, invirtiendo en sanidad pública, educación creando infraestructuras, etc. De esta manera, el estado también se implica en el proceso productivo y puede tomar control de una parte del mismo, principalmente en aquellos sectores que considere esenciales, como el de la energía el transporte etc, aunque no lo hace siempre ni en todo momento. Porque dentro de la socialdemocracia también se daría una escala de grises en relación con el intervencionismo.

Texto: El objetivo era profundizar y desarrollar el principio democrático, en la política y en la economía. De hecho, el modelo sueco se caracterizaría por el desarrollo de un amplio sector público de servicios (educación, sanidad, asistencia social, pensiones), sin pretender en ningún caso nacionalizar la industria. Su apuesta, por el contrario, era crear las condiciones para que el país contara con una industria (privada) competitiva con la mejor y más avanzada tecnología y salarios altos para trabajadores bien formados y cualificados.

La socialdemocracia. Ludolfo Paramio. Fondo de Cultura Económica.

6) El fascismo también se caracteriza por un intervencionismo. Permite la economía privada y el libre mercado pero al mismo tiempo, como considera que el sujeto soberano es, directamente, la nación, mantiene un determinado control sobre el sistema productivo en aras de orientarlo hacia el fortalecimiento de la comunidad, entendida esta de forma holística. No niega el papel del individuo, al que reserva una esfera de privacidad, pero el individuo, primordialmente, debe trabajar por el bien de la sociedad y la nación. Cabe decir que el fascismo nunca ha sido un ideología reaccionaria. Era una ideología adaptada a la visión de la modernidad de su tiempo, y es considerado por muchos especialistas (entre los que no forma parte Antonio Maestre, ya que confunde cosa tan básicas como el fascismo con la extrema derecha) como una ideología totalmente revolucionaria. De hecho, muchos de sus fundadores venían de la izquierda y el comunismo, y lo consideraban como una especie de rectificación al mismo.

Texto: El fascismo pretende hacer desparecer los efectos más desastrosos de la modernización del continente europeo, quiere poner remedio a la disgregación de la comunidad en grupos antagónicos, a la atomización de la sociedad, a la alienación del individuo convertido en mera mercancía lanzada al mercado. El fascismo se rebela contra la deshumanización introducida por la modernización en las relaciones humanas, pero desea preservar celosamente los logros del progreso y nunca preconiza la vuelta a una hipotética «edad de oro». […] Ni reaccionario ni contrarrevolucionario en el sentido maurrasiano del término, el fascismo aparece, por el contrario, como una revolución de otro tipo: una revolución que declara querer aprovechar lo mejor del capitalismo, del desarrollo de la tecnología moderna y del progreso industrial.

Sternhell, Zeev. Sznajder, Mario. Asheri, Maia. El nacimiento de la ideología fascista. Madrid. Siglo XXI Editores. 1994. P. 7

7) Finalmente, encontraríamos al comunismo. Para el comunismo la economía productiva debe formar parte del estado. Como mucho, dejaría un espacio a pequeños negocios privados, como tenderos, zapateros, algunas profesiones “liberales”, etc. Pero iría más allá de eso.

Texto: Ante todo, la administración de la industria y de todas las ramas de la producción en general dejará de pertenecer a unos u otros individuos en competencia. En lugar de esto, las ramas de la producción pasarán a manos de toda la sociedad, es decir, serán administradas en beneficio de toda la sociedad, con arreglo a un plan general y con la participación de todos los miembros de la sociedad. Por tanto, el nuevo orden social suprimirá la competencia y la sustituirá con la asociación. En vista de que la dirección de la industria, al hallarse en manos de particulares, implica necesariamente la existencia de la propiedad privada y por cuanto la competencia no es otra cosa que ese modo de dirigir la industria, en el que la gobiernan propietarios privados, la propiedad privada va unida inseparablemente a la dirección individual de la industria y a la competencia. Así, la propiedad privada debe también ser suprimida y ocuparán su lugar el usufructo colectivo de todos los instrumentos de producción y el reparto de los productos de común acuerdo, lo que se llama la comunidad de bienes.

Engels. Principios de comunismo. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm

En general, este sería el la línea de la derecha hasta la izquierda considerando su posición económica en relación con el grado de intervencinismo del estado. Esta delimitación no tiene en cuenta los valores que definen cada ideología ni otras cuestiones de tipo moral. Considerar esto en estos momentos complicaría el desarrollo de la exposición, ya que nos podríamos encontrar con neoliberales totalmente conservadores en lo moral, aunque ello no sea la norma y la mayoría también sean liberales en lo ético. En todo caso, este esquema nos debe ayudar a saber donde se halla el liberalismo. Y estaría entre los estadios (simplificados) 1 y 4. Este cuadro también nos servirá para ubicar a pensadores de otras ramas del pensamiento político, como los comunitaristas, aunque sus preocupaciones y su debate con el liberalismo se centra en cuestiones de fondo, como el del papel de sujeto trascendental y sus actualizaciones supuestamente empíricas en la configuración de la modernidad, y el de prioridad de la comunidad sobre el individuo, y ello sin dejar de ser liberales. Pero estos son temas muchos más complejos.

 
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